INTERVENCIÓN PSICOMOTRIZ EN RELACIÓN A LOS MODELOS
CULTURALES
Pozada Ramírez, P.G.*
RESUMEN.
La intervención psicomotriz está orientada al desarrollo
integral del niño en sus aspectos físicos y psíquicos, por lo cual es de vital
importancia que se lleve a cabo dicha intervención durante los primeros años de
vida del ser humano. Para poder realizar una buena práctica psicomotriz, es
imprescindible conocer el contexto donde
se desarrolla el niño para que le permita tener oportunidades de
desarrollo; por lo cual, es necesario que el psicomotricista tenga un pleno conocimiento
respecto a la cultura donde se realizará la práctica psicomotriz. Para poder
realizar con éxito las prácticas psicomotrices es indispensable adaptarse a las
condiciones y diferencias culturales, valores y creencias de la familia con
respecto al desarrollo de sus hijos; esto significa considerar la estimulación
motriz desde enfoques etnográficos, que esto conllevará al estilo de crianza de
los padres para con sus hijos. Los patrones culturales son variantes y
semejantes a la vez en los niveles de estimulación y respuestas sociales; por esto se deduce que, los métodos a
ejecutar en dichas prácticas motrices son variables y por ende se debe tener en
cuenta que las intervenciones motrices deben ser ejecutadas de acuerdo al
lugar, condiciones y momentos apropiados. Esto con el fin de no causar un
trauma, por el contrario se busca tener eficacia en los resultados
psicomotrices sobre el sujeto a quien se va a tratar.
PALABRAS CLAVES.
Intervención psicomotriz, Modelos culturales,
Etnopediatría, relaciones parentales, enfoques
etnográficos.
ABSTRACT.
The psychomotor intervention is aimed at holistic development
of children in their physical and psychological aspects, so it so important that
you carry out the intervention in the early years of human life. Making a good
psychomotor practice is essential to know the context in which the child
develops to let them to have development opportunities; accordingly, it is
necessary that the person who makes this exercises has a full knowledge about
the culture where psychomotor practice will take place. To successfully perform
psychomotor practices is essential to adapt to the conditions and cultural
differences, values and
beliefs of the family with regard to the development of their children; this
means considering the motor stimulation from ethnographic approaches, this will
lead to the parenting style of parents towards their children. Cultural
patterns and similar variants are both in levels of stimulation and social
responses; It follows that by the methods executed on said driving practices
are variable and therefore should bear in mind that the driving interventions
must be implemented according to the site conditions and appropriate times.
This in order not to cause trauma, on the contrary, seeks to have efficacy in
psychomotor results on the subject and is treated.
INTRODUCCIÓN
Este artículo ha sido redactado con el propósito de
incentivar y enfatizar cuán importante es la intervención psicomotriz durante la
primera etapa del desarrollo del ser humano, pues también cabe recalcar la
influencia que tiene la sociedad y sus factores culturales con respecto al
nivel de psicomotricidad que el sujeto puede llegar a tener durante sus
primeros años de vida.
En los últimos años se vienen realizando estudios que
hacen referencia a la interacción del
sujeto con el contexto social en donde se desenvuelve; es por eso que hoy en
día se está tratando de reorientar el trabajo que realiza la persona encargada
de aplicar las diferentes actividades psicomotrices para el desarrollo integral
del sujeto de acuerdo a la realidad en la que se encuentre.
Actualmente existen diferentes métodos para lograr un
óptimo resultado en cuanto a la aplicación de las actividades psicomotrices,
resaltando las estrategias de la psicomotricidad vivenciada de la cual se podrá
detallar más adelante.
MÉTODO
El presente artículo de revisión fue sistematizado
utilizando recopilación de información de diversas fuentes, tanto digitales
como escritas; haciendo uso en especial de las fuentes primarias que nos
facilitaron la mayor parte del contenido presentado a continuación. Cabe
recalcar que al encontrar esta variedad de información fue necesario hacer un
análisis en torno a los contenidos ya comentados previamente y que nos
sirvieron como base para la redacción de dicho documento.
Al momento de la redacción del artículo, las autoras,
encontramos información a partir de la cual hemos podido crear diferentes
criterios respecto al tema tratado, para que finalmente podamos plasmar
nuestras propias conclusiones.
DESARROLLO DEL TEMA
I.
INTERVENCIÓN
PSICOMOTRIZ
La psicomotricidad es la disciplina que estudia la
motricidad humana en su naturaleza dinámica, significativa e integradora y en
sus funciones adaptativa, expresiva, relacional, comunicativa y cognitiva. La
intervención psicomotriz es un conjunto de acciones intencionadas e intencionales
que realizamos a partir y a través del movimiento para promover el desarrollo
armónico de la persona, la integración de sus funciones y el acceso y sostén de
la comunicación base de socialización.
La intervención psicomotriz, en el marco educativo,
pretende incidir en tres grandes áreas acompañando al niño en:
a) Construcción de la conciencia corporal.
b) Desarrollo de sus capacidades de orientación,
organización y estructuración del espacio y del tiempo.
c) Desarrollo de sus habilidades motrices.
El objetivo es que
el niño pase de unas formas de movimientos básicamente orgánicas e impulsivas
organizadas alrededor de fenómenos biológicos y neurológicos concretos, como en
los primeros años de vida, a formas de movimiento integrador organizado
alrededor de los tres grandes ejes del desarrollo:
·
Madurativo.
Desenvolvimiento de las características heredadas y que, por tanto, no son
producto del ejercicio, el aprendizaje, la experiencia o la interacción del
medio ambiente. Estos distintos factores solo pueden frenar o estimular reales
procesos.
·
Psicoafectivo.
Incluye los contenidos que tienen que ver con los aspectos emocionales o
afectivos del movimiento: expresión, emoción, simbolización, etc.
·
Interacción
social. Fuente de información, aprendizaje y desarrollo del pensamiento que se amplía
gracias a la relación del niño (a) con su familia, el juego y la escuela
La intervención psicomotriz debe precisarse teniendo en
cuenta su finalidad, sus medios y sus instrumentos, factores que delimitan la intencionalidad
educativa que queremos darle.
II.
METODOLOGÍAS DE LA PRÁCTICA PSICOMOTRIZ
Una de las mejores metodologías es la que constituye la
Psicomotricidad Vivenciada. Esta presenta las siguientes estrategias:
a)
El
Juego: La Psicomotricidad tiene como fundamento práctico y punto de partida el
juego, a partir del juego el niño le dará significados a sus descubrimientos y
podrá consolidar sus diversos aprendizajes.
Piaget distingue tres grandes estructuras que
caracterizan el juego infantil:
·
El
Juego Ejercicio: Es el primero en aparecer, se da por el simple placer al
movimiento.
·
El
Juego Simbólico: Surge junto al lenguaje, el niño representa estructuras
ausentes.
·
El
Juego de Reglas: Implica relaciones interindividuales.
b)
Los
Espacios: Están fuertemente ligados con el movimiento, existen diferentes
espacios de juego:
·
Espacio
Sensoriomotor: Tiene la posibilidad de experimentar y vivenciar un conjunto de
movimientos.
·
Espacio
del Juego simbólico: Asume roles y personajes tanto de la vida real como
ficticia.
·
Espacio
del Juego cognitivo o de Construcción: En este espacio el niño comenzará a
construir, modelar, analizar, relacionar, etc.
·
Espacio
del Rito: Lugar físico invariable donde el niño vivirá el rito de inicio y de
cierre.
c)
Materiales:
Son recursos metodológicos que se encuentran presentes en los diferentes
espacios y que ayudan al niño a descubrir su expresividad psicomotriz. Estos
elementos son fundamentales para la aplicación de dicha metodología, ya que
permite que el niño viva situaciones al límite de sus capacidades motrices.
d)
Sala
de Psicomotricidad: Es el lugar del placer sensorio motriz, de la expresividad
psicomotriz, de la comunicación y del deseo.
III.
ETNOPEDIATRÍA
La Etnopediatría aparece como una nueva ciencia a finales
de los años noventa. Un grupo de antropólogos, pediatras, psicólogos y expertos
en desarrollo infantil analizó los modelos de crianza de diferentes culturas
para comprobar cómo la cultura moldeaba la forma en que los adultos cuidaban a
sus niños y cómo esto afectaba a la salud, supervivencia y bienestar de los
niños. Esta nueva ciencia plantea una forma revolucionaria de considerar al
bebé humano desde un punto de vista evolucionista. El hecho de combinar
estudios interculturales sobre la manera en que la cultura influye sobre los
estilos de crianza permite estudiar los efectos que tienen sobre la biología
infantil. La Etnopediatría, además, es una disciplina proactiva por su
capacidad de cambiar la perspectiva que los pueblos de culturas diversas tienen
de la crianza de los niños, al mostrar información intercultural comparativa y
plantear la interacción de la biología con cultura en el inicio del ciclo
vital. Los distintos modelos de crianza tienen una repercusión directa sobre
los individuos en particular y las sociedades en general, siendo analizados
también por esta disciplina científica. La organización de esta filosofía de la
infancia ha tenido una gran repercusión, gracias a las nuevas tecnologías,
constituyéndose en una auténtica revolución sociológica en los últimos años,
alrededor de la maternidad y la infancia.
IV.
CRIANZA
EN OTRAS CULTURAS
El papel que juega el entorno de crecimiento en el
desarrollo infantil se ha estudiado bajo el nombre de “nicho evolutivo”. (C.M.
Super y S. Harkness, 1986). Pretende hacer un paralelismo con el concepto
“nicho ecológico” en biología, que busca integrar factores biológicos y
ambientales. El nicho evolutivo sería un sistema en el que el ambiente físico,
las circunstancias socioculturales de la educación infantil y las concesiones
psicológicas de los educadores tienen su influencia. Por tanto, el ambiente de
crecimiento del niño está influido por tres factores:
·
El
ambiente físico y social en el que vive.
·
Las
prácticas de puericultura.
·
Las
representaciones que los adultos dan al crecimiento y desarrollo infantil.
Un ejemplo sería lo que se consideran niños difíciles (o
quizá de alta demanda, como últimamente se vienen llamando) de criar en
distintas culturas. Por ejemplo, los niños con hábitos irregulares de sueño son
considerados difíciles en Estados Unidos, ya que interfieren con el modo de
vida de los padres, que aprecian su propia independencia y autonomía. Para los
Kipsigis de Kenia,los niños duermen con las madres y se les lleva a la espalda casi todo el día. Con esta costumbre se elimina el problema
del sueño. Para este pueblo, los niños difíciles son a los que no les gusta ir
en la espalda o ser atendidos por otra persona que no sea la madre.
En función de los métodos de cuidado de los bebés,
estudios de Etnopediatría (E. Balsamo) han puesto de manifiesto que existen
fundamentalmente dos formas de maternidad: de alto contacto y de bajo contacto.
Por contacto se habla de la proximidad física entre niño y madre en los
primeros años de vida. El alto contacto es típico de sociedades rurales y de
países del hemisferio sur, mientras que el bajo contacto lo es en los países
industrializados. Las diferencias en el día a día son numerosas entre ambos métodos.
Las más significativas son las relativas a lactancia, desarrollo psicomotor y
cómo pasan la noche y el día.
Factores:
·
Lactancia.
El bebé en la cultura de alto contacto es puesto al pecho
de la madre en la primera media hora después del parto. Ellos presentan varias
ventajas, tanto en el punto de vista físico como psíquico. La succión estimula
las contracciones uterinas, ayudando al desprendimiento de la placenta y a
evitar hemorragias, estimula la subida de la leche y produce calostro, que
tiene una importante función contra infecciones y protege de la ictericia. El
lazo de apego instaurado entre madre e hijo tras el nacimiento tiene lugar así
en el momento de mayor sensibilidad para ello.
Tras el primer contacto, la lactancia se establece a demanda:
el seno está disponible todo el día y toda la noche, realiza las tomas con
frecuencia y crea sus propios ritmos de succión. La leche materna se adapta a
las exigencias de cada uno de los recién nacidos, variando su composición, que
es diferente si el niño ha nacido a término o si es prematuro, y también de un
día a otro, en el transcurso del día e incluso durante la misma toma. Sólo la
leche humana ofrece esta posibilidad de “autogestión” de la alimentación, en
cantidad y en calidad. Un niño que requiera más lípidos, realizará tomas más
largas.
La leche materna, al ser de un contenido bajo en grasas y
proteínas respecto a la leche de vaca, es más fácil de digerir y requiere una
menor frecuencia entre una toma y otra. La producción de la leche materna está
asociada a la frecuencia de la succión y a la voluntad de amamantar. De hecho,
mujeres de edad avanzada han sido capaces de dar el pecho a niños huérfanos
sólo por querer hacerlo y recibir el estímulo de la succión.
La lactancia, además, es prolongada, durando a menudo dos
años o incluso más. Todo ello beneficia al niño frente a infecciones y
alergias, y a la madre de tumores al seno y a los ovarios.
A pesar de las campañas de la OMS y de UNICEF de los
“hospitales amigos de los niños”, en Occidente a menudo se siguen separando
madres e hijos tras el parto y se siguen recomendando fijar las tomas en
horarios rígidos (por ejemplo, cada tres horas). Es herencia de las
recomendaciones de los años 50 y 60 del siglo XX, cuando se pensaba que
amamantar era poco higiénico y poco adecuado desde el punto de vista
nutricional, aconsejándose la leche artificial.
·
Desarrollo
psicomotor.
En 1957, Gerber y Dean realizaron un estudio en Uganda
sobre el desarrollo de los neonatos. Los resultados mostraron una precocidad
pronunciada respecto a los bebés occidentales. Por ejemplo, mantenían erguida
la cabeza entre dos y seis semanas antes y casi ausencia total de los reflejos
típicos de los bebés. Esta investigación fue muy criticada por sus numerosas
lagunas, además de que definir la precocidad neonatal es controvertido.
Estudios posteriores más rigurosos (D. Vouilloux, 1959; E.E, Werner, 1972) han puesto
la evolución psicomotriz de los niños occidentales más lenta que la de los
niños africanos e indios. Se ha llegado a hablar incluso de “precocidad
infantil africana” por preferir el término al de retraso occidental.
El progreso parece deberse a algunas costumbres de
crianza. Mientras que en Estados unidos y en Europa los bebés de seis o siete
meses pasan la mitad del día acostados, los africanos sólo lo hacen una décima
parte. Otros estímulos son el contacto constante con la madre u otras mujeres
del grupo, el contacto táctil durante el masaje, el cargar a los bebés muchas
horas, la lactancia a demanda, el compartir el espacio y el tiempo con otros
niños y adultos.
Algunos grupos tienen incluso técnicas específicas para
que los niños se desarrollen lo antes posible. “Los bambara[3]
creen que deben ser capaces de sentarse a los tres o cuatro meses y para ello
les adiestran; los congoleños consideran que si no es capaz de andar a los ocho
meses es ya tarde y recurren a un curandero.”
También se ha demostrado la mayor precocidad de niños
africanos para resolver problemas que requieren instrumentos usados como
prolongación del brazo y la combinación de dos objetos. Y ello a pesar de que
no crecen en ambientes con numerosos objetos. Pero sí tienen acceso a aquellos
de uso cotidiano, incluso los que los occidentales consideran peligrosos. A
diferencia de los juguetes estudiados expresamente para la infancia, el empleo
de objetos que no tienen una única función es especialmente importante para el
juego simbólico, pasando más rápidamente de las acciones manifiestas a la
representación mental.
·
Noche
y día.
En el modelo de bajo contacto se prepara un espacio
autónomo para el niño, donde éste pueda estar lejos de ruidos, luces y de otras
personas. Tanto por la noche como durante el día se utilizan distintos lugares
que no son los brazos donde pasará gran parte del día: cuna, cochecito, moisés,
parque, hamaca, trona, tacataca,…Así pasan gran parte del primer año de vida
alejados del cuerpo materno.
En el modelo de alto contacto de día el bebé está en
brazos o se lleva a la espalda (o en otra postura) y de noche duerme con la
madre. Aunque muchos psicólogos y pediatras occidentales consideran que dormir
acompañado obstaculiza la autonomía de los niños, y muchos padres lo ven como
un “vicio” que cogen los bebés y se silencia cuando se está llevando a cabo, lo
cierto es que es un modelo ampliamente difundido en todo el mundo.
Compartir la cama beneficia la relación madre-hijo y se
piensa que sea una protección contra el síndrome de la muerte súbita, ya que
los movimientos involuntarios habituales ayudan a despertarse al bebé en las
fases de sueño más ligero, cosa que no sucedería si durmiera solo. Esto parece
confirmarse con el dato de que en Japón, con gran tradición de cama familiar y
entre inmigrantes africanos y asiáticos en Occidente, la muerte súbita es muy
rara. Además, dormir juntos reduce los llantos del bebé y sincroniza sus ritmos
de sueño con los de la madre, ayuda a la lactancia con un aumento del nivel de
prolactina.
DISCUSIÓN:
El presente artículo hace referencia a la intervención
psicomotriz que deben recibir los niños durante sus primeros años de vida, esto
abarca los aspectos culturales por los que se ve influenciado el sujeto. Pues
es imprescindible tener la consideración necesaria para la ejecución de las
prácticas psicomotrices, debemos tener conocimiento sobre las
individualizaciones, previo al momento de la intervención; pues es de mucha
importancia tomar en cuenta las características propias que presenta cada
grupo. Esto quiere decir, tener como prioridad el dominio absoluto del modelo
cultural en donde se quiera realizar la intervención.
CONCLUSIONES
ü La intervención psicomotriz es necesaria para el
desarrollo integral del niño, ya que en un futuro permitirá que el este se
desenvuelva proactivamente en los diferentes contextos en los que se encuentre.
ü Es indispensable tener los conocimientos necesarios
referentes a los distintos tipos de metodologías que se pueda aplicar
dependiendo el contexto en donde se encuentre el sujeto.
ü Las distintas culturas que presentan cada lugar en el
mundo hacen que sea necesario la aplicación individualizada de los sujetos a
tratar, para que se logre tener buenos resultados.
ü Las culturas que sostienen cada lugar en el mundo es
distinta, por ende es necesario conocer acerca de ellas, para que en el momento
de la ejecución de estas actividades psicomotoras no haya ningún tipo de trauma
sobre el sujeto a quien se le aplique el método.
ü Uno de los puntos importantes, es que los neonatos tengan contacto físico directo -apego con la
madre, pues esto es fundamental porque previene diferentes tipos de
complicaciones que este y su madre podrían presentar en el futuro.
REFERENCIAS
CHOKLER, M.H. (1988). Los organizadores del desarrollo
psicomotor. Buenos Aires: Ediciones Cinco.
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Zapata O. (2012) Educación Infantil. Recuperado de
http:/www.arturolc.es
[1] (*)Estudiante de
Educación Inicial – Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo
[2] Los Kipsigis son una
nilótico grupo étnico de Kenia. La ocupación tradicional de los Kipsigis está
relacionada al pastoreo. En la sociedad pre-colonial Kipsigis, había un
elemento guerrero viviendo en las Tierras Altas del Oeste, a una altitud de
1.500 a 2.000 metros, el Kipsigis ahora también cultivan maíz, trigo, piretro y
té.
[3]
Bambara o Bamana es un
grupo étnico habitante del oeste de África, principalmente en Malí pero también
en Guinea, Burkina Faso y Senegal.
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